La Comisión de Docencia y Resultados del Proceso de Formación ha cumplido a cabalidad su cronograma y ha desarrollado un trabajo colaborativo que deja varias enseñanzas para el futuro. 

Desde que en junio de este año se diera el vamos al proceso de análisis crítico y estratégico con miras a la Acreditación Institucional, las cinco comisiones encargadas de la revisión de la marcha de la institución en esta primera etapa de Autoevaluación en las áreas que se acreditan se han reunido periódicamente para llevar a cabo la tarea de análisis crítico.

En específico, la Comisión de Docencia y Resultados del Proceso de Formación, ha logrado convocar a un grupo de directivos y encargados de distintas aristas de esta tarea, crucial para el funcionamiento de la Universidad.

Los y las integrantes de esta comisión son Paulina Rincón González, Vicerrectora; Bernardo Riffo Ocares, director de Postgrado; Carolyn Fernández Branada, directora de Docencia; Cecilia Pérez Díaz, directora de Servicios Estudiantiles, Isabel Matamala Cid y Yolanda Zúñiga Careaga, de campos clínicos, Luis Parra Jiménez, subdirector de Postgrado, Ruth Pérez Villegas, coordinadora general de Formación Permanente y Viviana Ulloa de la Dirección de Desarrollo Estratégico. La coordinación está a cargo de Mónica Núñez Vives, jefa de la Unidad de Aseguramiento de la Calidad Institucional, de la Dirección de Desarrollo Estratégico (DDE), con el apoyo técnico de Ángela Varela Marnich, profesional de la DDE.

Este equipo ha conseguido llevar a cabo el cronograma sin retrasos, y con un cumplimiento del 100% de asistencia de sus participantes.

La coordinadora, Mónica Núñez, señaló que hasta el momento se han analizado tres de los cuatro criterios asignados a su equipo. Las reuniones se realizan semanalmente, durante dos horas. Se trata de un trabajo intenso, que ha ido rindiendo los frutos esperados. Los criterios que trabaja esta comisión son Modelo Educativo y Diseño Curricular, Procesos y Resultados de Enseñanza y Aprendizaje, Cuerpo Académico y el criterio de Investigación, Innovación Docente y Mejora del Proceso Formativo.

“Estos criterios se abordan con un trabajo dinámico entre la comisión completa y con asignación particular de algunos temas específicos de cada nivel formativo para aportar al trabajo del equipo. El análisis implica todos los términos de referencia que hoy están vigentes, además de los futuros criterios y sus estándares que entran en vigor a partir de octubre del año 2023. Esto para establecer una proyección adecuada de lo que es la institución hoy en día y hacia donde tiene que avanzar en el camino de excelencia que hemos comprometido”, indicó la jefa de la Unidad de Aseguramiento de la Calidad Institucional.

Tras este análisis, se espera que para la tercera semana de septiembre esté terminado el informe de Comisiones sobre el análisis crítico. “El proceso de autoevaluación para la acreditación tiene una estructura definida y en ella es el director de Desarrollo Estratégico quien está a cargo como primera persona. Así, el informe de la Comisión, resultante de esta etapa, se entregará a la DDE para su análisis y generación de lo necesario para iniciar la siguiente etapa de análisis estratégico”, agregó.

Trabajo en equipo

Al respecto, la Vicerrectora Paulina Rincón, recalcó que, hasta el momento, el equipo ha cumplido sin contratiempos la tarea encomendada. “Mi evaluación es muy positiva, estamos trabajando de manera sistemática con reuniones de trabajo semanales en las que vamos analizando el cumplimiento institucional de los criterios, estándares, aspectos y orientaciones en base a los antecedentes disponibles y la información que maneja cada integrante de la comisión en base a la repartición concreta que lidera”.

Todo este arduo trabajo ha permitido refrendar la importancia de la colaboración y el esfuerzo en equipo, indicó la Vicerrectora. Asimismo, añadió que “si bien no es un objetivo del proceso de autoevaluación, estas reuniones nos dan la posibilidad de interactuar semanalmente, compartiendo miradas y discutiendo sobre los temas que nos ocupan y nos permiten ir profundizando relaciones laborales; hay muchos y muchas directivos y directivas que vienen desde la gestión anterior en dichos roles, pero otras personas hemos asumidos nuevos cargos y es una suerte poder estar debatiendo, analizando y construyendo un informe, al mismo tiempo que vamos construyendo un equipo de trabajo”.

La coordinadora general de Formación Permanente, Ruth Pérez, indicó que “esta ha sido una excelente instancia de integración de los tres niveles de formación: pregrado, postgrado y formación permanente”. Desde su área, que incluye los programas de diplomados, diplomas y cursos “ha sido un espacio muy valioso para integrar estas actividades formativas en el proceso de autoevaluación, considerando este nivel formativo como el aprendizaje a lo largo de la vida o lifelong learning”.

Otro de los elementos que destacó Pérez es el apoyo de la Dirección de Desarrollo Estratégico, “lo que nos ha permitido ser eficientes en el logro de nuestros objetivos y compartir las miradas desde las diferentes direcciones asociadas al proceso formativo de la UdeC”.

Ángela Varela, profesional de la DDE que ha prestado asesoramiento técnico a este equipo, explicó que su labor es ayudar a que el trabajo con los miembros de las comisiones se desarrolle de manera fluida. “Esto se traduce en preparación de talleres y reuniones, materiales de apoyo e información relevante para cada etapa del análisis y de orientación sobre mejoras en el proceso”.

Sobre los participantes, Varela destacó su dedicación y compromiso, que se ha traducido en una asistencia del 100% a las reuniones. “Son sesiones largas y de mucha concentración. Los miembros de la comisión se preparan previamente con el material que les enviamos y aportan mucho a los talleres. Son un elemento vital en el proceso”.

Respecto a los aprendizajes que quedan de una tarea de este tipo, indicó que “la forma de abordar este proceso es muy innovadora y participativa, utilizamos herramientas de apoyo para los talleres realizados de manera virtual en nuestro caso, lo que facilita la disponibilidad y participación de todos y rompe la barrera de la presencialidad, para ser efectivos y eficientes. Es un aprendizaje continuo y sin límites, ya que siempre alguien tiene algo que aportar y apoyar a la mejora continua”.

Katerinne Pavez Marchant en Noticias UdeC.